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José A. Coderch, Viviendas en la Barceloneta, 1951 |
El arquitecto catalán Rafael de Cáceres pronunció el pasado viernes una atípica aunque sabrosísima conferencia. La exposición, dividida en dos partes diferentes (aunque complementarias) resultó una lección magistral en torno al tema de la vivienda colectiva. Como el propio arquitecto resaltó al comienzo de la charla, "la ciudad se hace, sobre todo, con vivienda", más allá de las grandes dotaciones e infraestructuras que acostumbran a acaparar gran parte del interés de la profesión. Y, por tanto, puede decirse que es responsabilidad del arquitecto adquirir una formación sólida en este quehacer (ya le dijo Mies a Johnson, como hemos visto, que es mejor ser bueno que original....)
Una vez aclarado la importancia del tema en cuestión pudimos asistir, en la primera parte de la sesión, a una sucesión de algunas de las más sugerentes plantas de viviendas del siglo pasado. De este modo, se trató de una "conferencia de plantas", una singular y certera manera de centrar el tema, en la que tomaron la palabra, por medio de sus creaciones, arquitectos de la talla de Joao A. Rocha (con las viviendas en Gamunde Maia), Reima Pietilä (Tapiola), Diener&Diener, José A. Coderch (Barceloneta, Girasol), Jacobsen (casas patio en Berlín), August Perret, Fritz van Diegen, Gerrit Rietveld, Alvar Aalto (Hansa en Berlín) o Gio Ponti (Habitage uniambiental para cuatro personas) entre otros.
Con lo que a través de numerosos ejemplos de distintas épocas, se defendió una manera de entender la vivienda en la que los "espacios no adjetivados" debieran primar sobre aquellos excesivamente configurados. El arquitecto mostró una posición personal en defensa del concepto propio de "ambigüedad espacial", si bien lo verdaderamente valioso de la exposición fue sin duda el coro de voces reunidas en torno a uno de los temas más importantes de la disciplina, sino el central.
La segunda parte versó sobre la carrera personal del arquitecto. En una resumidísima secuencia cronológica, el urbanista dibujó a grandes rasgos su práctica profesional, en la que, entre anécdotas personales de gran interés (especialmente divertida resultó la improvisada colaboración con el galardonado con el Pritzker Pei), pudo verse con precisión la polifacética formación del arquitecto.
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