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Mesa redonda con la que se cerró la jornada académica con motivo del cincuentenario de la ETSAUN |
Extracto, apenas los primeros 20 minutos de algo más de una hora, de la conversación final entre Francisco Mangado (FM), Eduardo Souto de Moura (ES), Rafael Moneo (RM) y José Ángel Medina (JAM) el 24 de abril de 2015 con motivo de la celebración del 50 aniversario de la ETS de Arquitectura de la Universidad de Navarra.
JAM: Pachi, cuando quieras.
FM: Me gustaría hacer dos reflexiones. La primera también tiene que ver con este cincuenta aniversario. Hace unos días fallecía un profesor de esta Escuela, José Miguel Iribas, y hace unos pocos meses, Joao Álvaro Rocha. Muchos otros profesores han fallecido y me gustaría que este acto los recordara. No nos olvidemos que una Escuela de Arquitectura es la suma de muchos que coadyuvan a desarrollarla. Recuerdo ahora mismo a muchos profesores que nos han formado, seguramente en momentos menos dulces -ahora mismo es un momento relativamente dulce. No hay que olvidar que esta Escuela comenzó siendo una Escuela ‘de provincias’, muy menor, y en aquellos momentos hubo profesores que, seguramente sacrificando parte de su vida profesional, estuvieron aquí y nos formaron. No vale la pena citarlos ahora a todos, pero sí recordarlos, porque son el patrimonio más importante. Debemos agradecérselo públicamente. Estoy seguro de que estáis todos de acuerdo.
La segunda es que, a pesar de lo que hablemos aquí, me gustaría que no lo entendierais en términos pesimistas. Pienso que nunca hemos tenido generaciones de arquitectos jóvenes tan preparados. Estoy de acuerdo con lo que decía Siza al final de la entrevista: los tiempos han cambiado, la formación, la información de la que se dispone es muy distinta. Lo veo en la gente que viene a mi estudio, en la ilusión que tiene por la Arquitectura, en sus capacidades. Me gustaría que, aunque aparentemente en algún momento hablemos de problemas que tiene la arquitectura, penséis que esto puede ser circunstancial. Los tiempos cambian pero la arquitectura será, de una u otra manera, un hecho importante (…)la sociedad no puede prescindir de ello (…) Esto que quede como una conclusión anticipada.
(…)
Hemos asistido a dos presentaciones en donde, pensaba, estabais narrando el tiempo del proyecto. Rafael, de otra manera, como la historia del proyecto, la fotografía de María Josefa Huarte y la necesidad de esa historia, del contenido del proyecto. Creo sinceramente que vivimos unos tiempos donde en muchos casos la arquitectura se ha banalizado… la sociedad, en general, tiene menos interés por la Arquitectura. Por muchos motivos, ha complicado los procesos y éstos, parece, se han convertido en el objetivo (…) y los arquitectos nos estamos convirtiendo en un parte más de ese proceso. ¿Lo veis de otra manera?
RM: No sé bien por dónde empezar. No quisiera que pareciera disuasorio lo que voy a decir. Cuando has empezado a recordar a los profesores de esta Escuela, yo no sé si estaría de más o si ya ha habido alguna otra sesión donde se pusiera en perspectiva cómo ha evolucionado esta Escuela, y en el fondo cuánto puede entenderse como correa de transmisión, en abstracto, de la arquitectura y de la construcción de la ciudad. Yo os decía antes que lo que esté bien de Pamplona, que es bastante, se debe en buena medida a la Escuela. Yo me acuerdo cómo empezó esta Escuela, las personas que había,… no sé si es la ocasión o no… el expresionismo que traía Curro Inza, el historicismo de Íñiguez, la jubilación honrosísima y dorada de Moya, la llegada de Carvajal,… tu contribución (se dirige a FM) a que la Escuela haya establecido su presencia en el exterior. Esto es, seguramente, lo que ha hecho distinta a esta Escuela frente a otras en España, la capacidad de autogestión más efectiva, que ha traído el profesorado de fuera, que ha hecho sentir que Pamplona no es una Escuela más, habría que ver cuántas son irrelevantes y créanme que pienso en muchas.
Dicho esto, si tuviera que contestar, me ha parecido entender en las preguntas que hacías a Álvaro Siza, el hecho de reencontrar de qué modo el conocimiento de Arquitectura que se nos ha legado es capaz de ser útil todavía para la sociedad. A mi modo de ver es algo que va más allá de la crisis de la profesión. Los problemas de no saber bien cómo establecer un currículum académico de Arquitectura, van también ligados a esa dificultad de entender bien el rol del arquitecto, traído también por la necesidad de ofrecer los espacios construidos que requiere la sociedad. Creo que el discurso va más allá.
La arquitectura tradicional ha sido susceptible de ser entendida así hasta la disolución de la artesanía. Pero esa disolución de la artesanía va también ligada a la intervención de la gente en la creación de su propia vivienda. Todavía en los años de entreguerras los estados y la sociedad creían que debían dar razón de la residencia. Hoy, en general, las sociedades evolucionadas pasan de asumir esta responsabilidad, seguramente porque tampoco sienten una presión tan fuerte.
(…)
Me parece que sí es verdad que el papel de los arquitectos es hoy menos claro, habría modo de examinarlo en términos históricos con respecto a lo que han sido las atribuciones que podemos tener hoy o no. En las respuestas de Álvaro Siza ha habido muchas cosas y muy claras: la necesidad de pensar que hay que trabajar de otro modo y que eso no quita que el mundo no puede prescindir de alguien que asuma cómo son las cosas… habrá muchos modos de ejercer la profesión. Me resisto a una visión apocalíptica. No cabe ofrecer un perfil profesional muy neto y muy bien descrito.
ES: Crisis, crisis, crisis. Hay crisis. Y hablar de ello no está mal. Primero, significa que somos conscientes de que tenemos problemas. Segundo, cuando voy a las Escuelas me dicen, “¿no quieres dirigir unas palabras de esperanza a los estudiantes?” No necesitáis palabras de esperanza. Vosotros sabéis bien qué es lo que tenéis que hacer y además esto no es nuevo. Hay dificultades en todos los periodos. No hay trabajo, hay que irse fuera. Pero sabemos por la historia que los palacios portugueses están hechos por arquitectos italianos y españoles, Mies van der Rohe y los alemanes fueron a los Estados Unidos,… Esto es, no es fácil, cambian los problemas pero siempre hay dificultades, no hay autopistas. Si hay autopistas es fácil, pero se llega a la mediocridad. Son las dificultades las que logran los buenos resultados.
Los grandes desarrollos industriales, por ejemplo, y los cambios de la arquitectura, suceden después de las huelgas. La determinación de encontrar soluciones a partir de desastres. No quiero decir que haya que hacer esto, sino que hay que ver cómo en todos los periodos… ¡imagina las angustias de los portugueses durante cuarenta años de fascismo que prohibían hacer un pilotis, porque un pilotis era comunismo! Entonces, los arquitectos se fueron a Mozambique, a Angola, a hacer los pilotis, donde no había hormigón. Una crisis enorme. En España, con Franco, imagina lo que sepas; imagino los días sin dormir de Mies van der Rohe por hacer la esvástica en el pabellón alemán de Bruselas; imagino a Le Corbusier escribiendo a Mussolini, diciendo “quiero trabajo”; o los viajes por Buenos Aires, Brasil, pidiendo trabajo, trabajando y dando un impulso a Brasil. Todos los arquitectos han pasado en la vida dificultad, Leonardo da Vinci, creo, acabó en Francia…
Hay una crisis, todos hablamos de ella, sabemos que las cosas no están bien, pero soy optimista, encontraremos una solución, como siempre, para mejor. Porque el mundo no está peor, está mal, pero no peor.
Entonces, no me preocupan nada los estudiantes. Perdón. Porque vosotros sois maduros, sabéis lo que queréis, no necesitáis de palabras de esperanza.
Tengo tres hijas. Una es enfermera, está en Mozambique. Otra acabó el curso en Chile,… es otro mundo, no es el mío, que he trabajado con Siza atado a una mesa. Ahora con los ordenadores es diferente. Quiero decir: es diferente.
Hay dos modos de ver el vaso de agua. En uno está casi lleno, en otro casi vacío. La definición de crisis que más me gusta, la usé en el discurso cuando recibí el premio (Pritzker), se escribe en chino con dos signos: uno quiere decir cambio, el otro quiere decir proyecto. La crisis es la plataforma para dar un impulso diferente y mejor.
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