viernes, 11 de octubre de 2013

Luis Barragán P1980

Foto: Rene Burri

“En proporción alarmante han desaparecido en las publicaciones dedicadas a la arquitectura las palabras belleza, inspiración, embrujo, magia, sortilegio, encantamiento y también las de serenidad, silencio, intimidad y asombro. Todas ellas han encontrado amorosa acogida en mi alma, y si estoy lejos de pretenderles haberles hecho plena justicia en mi obra, no por eso han dejado de ser mi faro. (…) Hemos trabajado y seguiremos trabajando animados por la fe en la verdadera estética de esa ideología y con la esperanza de que nuestra labor, dentro de sus muy modestos límites, coopere en la gran tarea de dignificar la vida humana por los senderos de la belleza y contribuya a levantar un dique contra el oleaje de deshumanización y vulgaridad”.

Luis Barragán pronunció estas palabras para definir su trabajo el 3 de Junio de 1980 cuando recogía el premio Pritzker como culminación a una trayectoria limitada pero intensa.

No es posible entender la arquitectura como algo independiente al ser humano. La arquitectura es fenómeno de emociones y expresión de éstas a través de la luz y el espacio. Luego resulta imposible entender su Casa Estudio(1947), El Convento de las capuchinas sacramentarias(1952-55), Los Clubes (1968) o la casa Gilardi (1976)  sin antes conocer su infancia en el México rural, sus profundas convicciones religiosas o sus viajes por el sur de Europa.

En la obra de Luis Barragán asistimos a una exaltación de los sentidos difícilmente equiparable a cualquier otra arquitectura. Lejos de las corrientes arquitectónicas rebosantes de tecnología y novedad, Barragán se expresa a través de elementos sencillos que configuran espacios de intimidad. A través de fuentes, jardines y muros de color extraídos de la cultura popular de su tierra, Barragán nos recuerda que la arquitectura no puede separarse del hombre. Su arquitectura trasciende de lo puramente racional y es capaz de adentrarse en el mundo de lo espiritual.

El 11 de octubre del 2013 Mikel Goñi los Arcos, Alberto Miranda Santafé, Javier Oyanarte Gallego, Mikel Perea López y Guillermo Simón Santamaría nos presentaron la obra del genial arquitecto mexicano.



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