En una entrevista relativamente reciente que concedía Moneo (Tudela, 1937) con motivo de la presentación en Madrid del aún en construcción Museo Universidad de Navarra confesaba lo siguiente:
"Nacer en un pueblo, crecer en un lugar con contornos bien definidos, geográficos y sociales, sin duda ayuda a entender lo que son los límites, las condiciones de partida, tanto como para la vida, como para un proyecto. Conocer las ciudades es siempre necesario para iniciar una obra de arquitectura".
Sabemos de las reservas que deben tomarse ante la entrevista periodística, muchas veces pendiente del titular reductivo. Todavía más si tenemos en cuenta que Moneo es un arquitecto reflexivo que calibra y pondera cada palabra que emplea. Sobre todo si es para referirse a la arquitectura, la suya y la de otros.
Por eso, proponemos confrontar la idea que subyace en lo que el periodista ha extractado, con lo que el propio Moneo escribe acerca de sí mismo en sus Apuntes sobre 21 obras:
"El lugar, el suelo, el solar de que el arquitecto dispone está siempre expectante; atento al momento que lo transformará y el hará desempeñar un papel activo en el curso de los acontecimientos. La arquitectura pertenece al lugar. Así, se explica por qué la arquitectura debe ser apropiada, lo que a mi entender quiere decir que debe reconocer los atributos del lugar".
Se comprende ahora bastante mejor lo que Moneo defiende y aplica. La arquitectura transforma radicalmente un lugar. Y puede hacerlo bien o mal. Que sea apropiada, esto es, aplicar lo que le es propio y más conveniente, según la definición del diccionario, obliga al arquitecto a haber diseccionado primero ese lugar. Ser capaz de comprenderlo en su totalidad. Para eso, muchas veces, resulta una ventaja esa actitud "de pueblo" que lejos de ser una adjetivación despectiva significa destilar las decisiones contando con el tiempo, confrontarlo con lo que otros hicieron, adecuar medios y fines, aplicar el sentido común, la tenacidad, medir bien las decisiones e, incluso, estar al tanto del qué dirán para no dar pie a las habladurías.
La obra de Moneo es especialmente extensa y diversa, pero sin excepción parte de esa premisa de procurar entender primero el lugar. Juzguen ustedes si lo consigue o no, mejor o peor. Pero si lo hacen, procuren primero como Moneo comprender en todos los extremos posibles los atributos del lugar.
El pasado viernes (19.04.2013) el grupo compuesto por Alex Beunza, Jon Causo, Alberto Cendoya, Miguel Esteban, Julio López Navasa y Gorka Santos convocó a toda la clase a reflexionar sobre estas y otras cuestiones al presentarnos el decimoséptimo seminario del curso 12-13.
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