viernes, 26 de abril de 2013

Christian de Portzamparc P1994


Con estas palabras,  Christian de Portzamparc recibía el premio Pritzker en el año 1994 a sus 50 años de edad. Una cita que, a la vista del trabajo del francés, tal vez deba ser leída con detenimiento y espíritu crítico:

"Architecture is an art, but a public art. More often than not, the public does not choose architecture as it would a museum to visit. instead, architecture is imposed on us, in our daily life, our homes and our places of work. And for this reason the architect-artist is accountable for his work; he owes an explanation. We are asked to express ourselves all the time. And it's normal"

De Portzamparc supone una rara avis dentro del selecto grupo de los galardonados con el prestigioso premio patrocinado por la Fundación Hyatt. Su perfil no pertenece ni a la familia de figuras consagradas por la historia de la disciplina, muy de la primera etapa de la historia del premio (como Philip Johnson, Kevin Roche, leoh Ming Pei, Richard Meier, Aldo Rossi o Robert Venturi) ni tampoco a aquella que cuenta con la brillantez y solidez de algunos de los arquitectos más pujantes del panorama contemporáneo (como Rafael Moneo, Rem Koolhaas o Norman Foster). El hecho de ser el primer francés en recibir el Pritzker, y que el jurado mencionara expresamente que el premio pretendía, además, suponer un reconocimiento a la arquitectura de todo un país, no debe pasarse por alto.

En cualquier caso, el pensamiento de Portzamparc es interesante, sensato y plantea cuestiones de primera magnitud. Como bien dice, la arquitectura es un hecho público que, se quiera o no, se impone a todos por igual por el mero hecho de existir. Lo que supone una responsabilidad monumental frente a la que el arquitecto no tiene otro remedio que dar una respuesta adecuada. Y quizá sea en este punto donde reside el meollo de la cuestión: ante esta situación cabe interpretar el papel del artista solista, el que lanza su obra apegada a la inspiración y criterio del genio creador; o bien, el del abnegado servidor de la sociedad, que vela porque ésta reciba aquello que demanda.

El pasado viernes (26.04.2013) el grupo compuesto por Mª Elena Aparicio, Rocío Arvilla, María Fernández-Vigil, Ana González-Barros, Ester Grau, Fátima Landeta y Joana Landeta convocó a toda la clase a reflexionar sobre estas y otras cuestiones al presentarnos el decimonoveno (y último) seminario del curso 12-13.


No hay comentarios:

Publicar un comentario