miércoles, 22 de mayo de 2013

Mise au point


Le Corbusier sur la terrasse de l'Étoile de Mer à Roquebrune-Cap-Martin Photo: René Maestri  © FLC/ADAGP. Tomada de www.fondationlecorbusier.fr
Siempre se ha considerado ‘Mise au point’ como una suerte de testamento de Le Corbusier. La casualidad hizo que ese breve texto fuera escrito un mes antes de morir de un ataque cardíaco mientras se bañaba en el mar, como era costumbre, en la playa de Cap-Martin.  No obstante, más allá de la fatalidad, el texto mantiene ese tono a veces solemne de quien repasa los acontecimientos que le merecen más importancia. El maestro, todavía en ejercicio, tenía ya la envidiable edad de 77 años, y en un verano de 1965 escribía, entre muchas otras cosas, lo siguiente:

“Ya he escrito en alguna otra parte que la constancia es la definición de la vida, ya que la constancia es natural y productiva. Para ser constante hay que ser modesto, hay que ser perseverante.”

Probablemente con ‘en alguna otra parte’ se refiera a algo escrito que ya hemos tenido ocasión de comentar más de una vez. En uno de los volúmenes de la Obra Completa o en alguna otra ocasión escribiendo a su madre, con algunas diferencias, se lee algo así:

“Trabajar no es un castigo: trabajar es respirar. Respirar es una función extremadamente regular: ni fuerte, ni suave, sino constante.(…)
Hace falta ser modesto para ser constante. La constancia implica perseverancia pero, al mismo tiempo, es una prueba de coraje y el coraje es la fuerza interior que cualifica la naturaleza de la existencia.(…)”

Pues bien. Hasta aquí hemos llegado este curso 2012-2013. Y no se nos ocurre nada mejor que ofreceros ese mismo consejo. Sed constantes, no desfallezcáis. Sed modestos, trabajad: no es un castigo, es una prueba de coraje.

Y que no olvidéis tampoco lo que su madre le solía decir: “Eso que haces ¡Hazlo!”

Y descansad. También. Lo hemos merecido.

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